Rhea Ripley reacciona al Royal Rumble 2024

Royal Rumble 2024 desde la visión de un fanático. Opinión por Alejandro Palacios @elalepalacios

La trigésimo séptima edición de Royal Rumble es parte de los libros de la historia. Los fanáticos se acostumbraron a esperar grandes momentos en el primer evento premium en vivo de WWE en el año. La compañía nos acostumbró a no solo esperar treinta superestrellas masculinas y femeninas batallar por una oportunidad titular en WrestleMania. Se construyen historias entre superestrellas, se rumorean y debates regresos y apariciones sorpresas. Royal Rumble se volvió uno de los eventos más esperados de la comunidad. No por nada desde 2019 WWE empezó a buscar estadios más grandes para albergar el evento. Desde ese año no es raro ver a más de cuarenta mil personas llenar por completo las gradas.

Sin embargo, con los últimos dos años se mostró tal vez una especie de discordancia entre la visión del fanático y de los bookers de WWE. Triple H capitalizó las cuatro batallas reales que le ha tocado dirigir como una especie de catapulta de cara a WrestleMania. Esto no es raro. Las batallas reales hasta hace no muchos años resultaban ser eso mismo. Una atracción para darle foco a superestrellas que ya están establecidas en el roster. Para no ir muy lejos, en 2007 las treinta superestrellas fueron anunciadas con antelación. La batalla real de ese año es considerada de las mejores de la historia.

Royal Rumble en un limbo

A pesar de esto, desde hace unos años la comunidad decidió que anunciar muchos participantes no era lo ideal. En 2022 fueron veintinueve superestrellas anunciadas en la batalla masculina. En la femenina inclusive anunciaron regresos y participación de luchadoras de otras compañías. La edición de 2022 es considerada una de las peores ediciones en la historia. Las batallas reales se sintieron sin sabor, aburridas y hasta sin sentido. Triple H tenía un trabajo enorme tratando de remediar el asunto en la edición de 2023.

Ronda Rousey y Brock Lesnar, ganadores de las batallas reales de 2022. Fotos cortesía de WWE.

En 2023 Triple H decidió jugar a la segura. El resultado era predecible y las batallas reales resultaba una simple transición. Cody Rhodes y Rhea Ripley marcaron sus caminos a WrestleMania. Pero hay que ser sinceros, más allá de sus victorias, no recordamos absolutamente nada más.

2024: Se repite la historia

La construcción a Royal Rumble 2024 empezó fuerte. WWE comenzó a construir historias dentro de las mismas batallas reales. Varios luchadores tenían opciones muy grandes. Hasta antes de la promo de Seth Rollins y CM Punk en diciembre de 2023, la comunidad tenía a Gunther como favorito. CM Punk anunció su participación y se volvió el favorito. Pero Cody Rhodes le pisaba los talones, así como Gunther y Drew McIntyre. En la femenina varias luchadoras mantenían un status posibles; Nia Jax, Bianca Belar, Becky Lynch y Bayley.

No siempre lo predecible es malo, este año creo que es un gran ejemplo. El debate de si Rhodes merecía un segundo Royal Rumble es acalorada en redes sociales. Pero no había otra forma. El camino de Cody desde el año pasado es vencer a Roman Reigns de una vez por todas. Con Rhodes en Raw y Reigns en SmackDown era imposible. Pero se conecta otra incongruencia que ocurrió el año pasado. Cody Rhodes tenía la potestad de enviar a alguien de los lunes a los viernes. Pudiendo enviarse él mismo y estar en la misma marca de Reigns, decidió enviar a Kevin Owens.

Ahora si me centro en la batalla real en sí, creo que sufrió lo mismo que el año pasado. A pesar de tener historias construidas en ella no se llegó a un clímax con ninguna de ellas. CM Punk y Drew McIntyre se encararon muy poco al igual que Nakamura y Rhodes. Lashley y Kross no mostraron el odio que supuestamente se tienen. Luego de la primera interacción entre Jimmy y Jey Uso, después se quedó en la nada. Creo que se ha quedado corta con respecto a la historia que tenía detrás.

Un accidentado camino a WrestleMania

Las lesiones vuelven a acechar en WWE. Ahora son tres superestrellas principales de WWE lesionadas. CM Punk, Seth Rollins y Kevin Owens. Los planes irán variando dependiendo de como estas vayan evolucionando. Además, Vince McMahon fue acusado de abuso y tráfico sexual horas antes de Royal Rumble.

El foco de los fanáticos estaba en otros asuntos e iba a ser muy difícil recuperarlo. A pesar de que muchos (incluyéndome) queríamos olvidar toda esa mierda manchada en WWE los últimos días, nos resultaba casi imposible por la importancia de estas.

¿Hubieron buenos momentos? Claro que sí. La entrada de Jordynne Grayce a la batalla real femenina. Siendo ella campeona mundial knockouts de TNA. El regreso de Naomi luego de varios años ausente. La participación de las chicas de NXT como Roxanne Perez y Tiffany Stratton. El debut en WWE de Jade Cargill. El regreso de Liv Morgan y la merecida victoria de Bayley. En la masculina más de lo mismo. El regreso de Andrade y los de NXT, Bron Breakker y Carmelo Hayes.

Momentos malos también. La pésima participación de Maxxine Dupri, el espacio desperdiciado para Pat McAfee. La lesión de Punk, etc. Sin embargo, depende de con qué lupa lo veas, Royal Rumble es un gran paso de camino a WrestleMania.

A pesar de eso, seguimos con la fe. WrestleMania siempre es una fiesta para la comunidad. No solo de WWE. Las grandes historias se desarrollan ahí. Grandes luchas pueden darse. Son cuarenta años del magno evento. Será un evento histórico. Después de todo, no es la primera vez que se da un Royal Rumble accidentado. Pero la luz al final del túnel siempre estará.

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